Estimada, Estimado:
La mitad del año ha llegado (ningún descubrimiento de parte nuestra, dirá usted), y finalmente podemos festejar porque estamos instalados en nuestro nuevo hogar. Usted sabrá entender, las mudanzas son un proceso, donde algunos bártulos quedan dando vueltas por unos días hasta que uno les encuentra el lugar adecuado, para que después vuelvan a perder la ubicación deseada y así el ciclo prosigue. Pero una vez que cada cosa está en su lugar (o creemos eso), la satisfacción de tener los pies sobre tierra firme se hace presente.
Pero dejemos de vueltear y vayamos literalmente al “grano”: junio es un mes especial para El Almacén Andante. Es el momento para el cual hemos decidido introducir los productos fraccionados. Si bien largamos con sólo un producto, la Quínoa, estamos lanzados en la búsqueda de más granos y otras materias primas que podamos fraccionar.
La decisión de introducir estos nuevos productos no fue sencilla ni escueta; más bien se trato de un holgado debate al interior del grupo almacenero. Decidimos incorporar los fraccionados al plantel de productos ofrecidos mes a mes, por diversas razones, que a continuación le comentamos:
- continuar incrementando la variedad de productos a los cuales usted puede acceder a través de El Almacén, y de esta manera evitar o reducir al mínimo la visita a los supermercados.
- en lugar de pagar por esos productos a un supermercado y contribuir con la ganancia de grandes empresas, aporta al trabajo de compañeros y compañeras de El Almacén que se dedican al fraccionamiento y etiquetado de estos productos. Es decir, en un lenguaje menos refinado, la moneda que antes iba a parar al bolsillo de Don Carrefour (por nombrar a un supermercado), ahora paga el trabajo de quienes sostenemos el proyecto almacenero.
- al haber más cantidad y variedad de productos, se pueden “mover” más los productos de las organizaciones populares y los pequeños emprendedores, fortaleciendo así sus trabajos y procesos.
Esperamos que los argumentos antes ofrecidos sean suficientes para que usted nos siga acompañando en esta audaz apuesta de lucharle un pequeño espacio de nuestro consumo al modelo capitalista (que anhelamos en un futuro no muy lejano, sea un espacio mucho mayor).
Antes de despedirnos no nos queremos olvidar de todas aquellas personas que ofrecieron su ayuda y nos dieron una mano en la mudanza, en los arreglos, aportando muebles y/o materiales, etc., en esta nueva etapa de El Almacén. Se agradece a tod@s e insistimos que, jornada a jornada, a El Almacén lo hacemos entre tod@s.
La mitad del año ha llegado (ningún descubrimiento de parte nuestra, dirá usted), y finalmente podemos festejar porque estamos instalados en nuestro nuevo hogar. Usted sabrá entender, las mudanzas son un proceso, donde algunos bártulos quedan dando vueltas por unos días hasta que uno les encuentra el lugar adecuado, para que después vuelvan a perder la ubicación deseada y así el ciclo prosigue. Pero una vez que cada cosa está en su lugar (o creemos eso), la satisfacción de tener los pies sobre tierra firme se hace presente.
Pero dejemos de vueltear y vayamos literalmente al “grano”: junio es un mes especial para El Almacén Andante. Es el momento para el cual hemos decidido introducir los productos fraccionados. Si bien largamos con sólo un producto, la Quínoa, estamos lanzados en la búsqueda de más granos y otras materias primas que podamos fraccionar.
La decisión de introducir estos nuevos productos no fue sencilla ni escueta; más bien se trato de un holgado debate al interior del grupo almacenero. Decidimos incorporar los fraccionados al plantel de productos ofrecidos mes a mes, por diversas razones, que a continuación le comentamos:
- continuar incrementando la variedad de productos a los cuales usted puede acceder a través de El Almacén, y de esta manera evitar o reducir al mínimo la visita a los supermercados.
- en lugar de pagar por esos productos a un supermercado y contribuir con la ganancia de grandes empresas, aporta al trabajo de compañeros y compañeras de El Almacén que se dedican al fraccionamiento y etiquetado de estos productos. Es decir, en un lenguaje menos refinado, la moneda que antes iba a parar al bolsillo de Don Carrefour (por nombrar a un supermercado), ahora paga el trabajo de quienes sostenemos el proyecto almacenero.
- al haber más cantidad y variedad de productos, se pueden “mover” más los productos de las organizaciones populares y los pequeños emprendedores, fortaleciendo así sus trabajos y procesos.
Esperamos que los argumentos antes ofrecidos sean suficientes para que usted nos siga acompañando en esta audaz apuesta de lucharle un pequeño espacio de nuestro consumo al modelo capitalista (que anhelamos en un futuro no muy lejano, sea un espacio mucho mayor).
Antes de despedirnos no nos queremos olvidar de todas aquellas personas que ofrecieron su ayuda y nos dieron una mano en la mudanza, en los arreglos, aportando muebles y/o materiales, etc., en esta nueva etapa de El Almacén. Se agradece a tod@s e insistimos que, jornada a jornada, a El Almacén lo hacemos entre tod@s.
¡Y ahora más que nunca, con todo el trabajo y la base construida, el principal aporte de tod@s ustedes es una mano para seguir sumando consumidores que motoricen y fortalezcan esta red!
Saludos almaceneros,
Nos seguimos encontrando,
El Almacén Andante
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