lunes, 21 de diciembre de 2009

Honduras: cuando la ilegalidad se hace LEY


Estuvimos buscando por canales de aire y radios. Buscamos en periódicos locales y en grupos concentrados. Les preguntamos a nuestras vecinas y hasta escribimos una carta a un conocido en Chile. Ninguna de estas opciones nos dio información sobre el “proceso electoral” en Honduras. Los medios callan, una vez más, cuando posiblemente ellos también oculten viejas participaciones en golpes de Estado cívico-militares.


La comunidad internacional, en su gran mayoría, no reconoce a Micheletti –golpista que tomó el poder el 28 de junio de 2009- como presidente legítimo de Honduras. Decenas y decenas de mandatarios y diplomáticos han exigido la restitución de Manuel Zelaya, presidente legítimo depuesto por el golpe, al cargo en donde fue puesto por el voto popular. No han sido pocas las declaraciones a favor de Zelaya, destacando la fuerte presencia de Brasil en este proceso.


El domingo 29 de noviembre pasado, con una vergonzante actuación de los estados unidos del Norte de América, se desarrollaron unos comicios electorales, una farsa electoral, en donde el grupo golpista en el poder llamó al pueblo hondureño a que depositara su voto en las urnas. Tal vez, en los mismos votos utilizados para la ocasión podría leerse: “No se fíe de lo que está haciendo. Si después de un tiempo no coincidimos con la política del gobierno, volveremos a derrocar al mandatario en cuestión. Disculpe las molestias”. No sabemos si esta aclaración formó parte de los comicios.


Se han repetido las voces que denuncian este atropello. Claro que sí, se han repetido lo suficiente como para que no sea parte de la agenda de los medios Latinoamericanos. Se ha repetido lo justo para que sea olvido. Déjennos practicar lo contrario; Manuel Zelaya había llamado a no votar en estas pseudoelecciones; y ganó: “El Frente de Resistencia al Golpe de Estado afirmó que la abstención en las polémicas elecciones generales que se celebraron en Honduras ha sido de entre el 65 y el 70 por ciento de los votantes, y proclamó ‘la victoria sobre el golpe’.”*


Sólo fue posible que este golpe de estado civico-militar continúe por el apoyo que ha tenido desde EEUU. Las voces se multiplicaron para señalar al reciente premio Nobel de la Paz como uno de los principales responsables de que esto suceda. El gobierno del norte apoyó el proceso encabezado por “Goriletti” y ha continuado con los negocios bilaterales. Fue así que el pasado lunes 30 de noviembre Zelaya afirmó que: "Estados Unidos, como es público, negoció la posición de Honduras, abandonó la posición democrática y está reconociendo al régimen de facto, porque está haciendo negocios políticos con ellos, lo cual considero un error muy grande.”*


Eduardo Galeano, por su parte, expresó su gran preocupación en torno a este país centroamericano –más allá de estar festejando por el triunfo de Pepe Mujica en su Uruguay natal-: “Lo de Honduras es una vergüenza, lo de Honduras es bochornoso, y es bochornoso lo que ha sucedido con Estados Unidos con el gobierno de Obama, sobre las expectativas que Obama había despertado, que están siendo defraudadas en América Latina y en el mundo entero, también en Irak y Afganistán.”*


Por otro lado, Roberto Quesada, escritor y diplomático hondureño, ha expresado con exactas palabras aquello que muchos sentimos en relación a este fraude: Esta lucha de revertir el golpe de Estado-Militar en Honduras no es sólo expulsar a Micheletti y a Vásquez Velásquez, es también rematar a Pinochet, Somoza, Mussolini, Franco, Stroessner, Trujillo, y, por supuesto, a cualquier aspirante a Hitler que desee jugar a un nuevo Holocausto.”*


Vamos por una democracia que profundice las oportunidades que nos dan las democracias liberales. Por esto mismo, festejamos los comicios realizados en Uruguay y aplaudiremos alegres la próxima victoria de Evo Morales en Bolivia, comenzando así su segundo mandato en aquel país. Y hacemos esto al margen de las coincidencias y diferencias que podamos tener con sendos proyectos políticos; y lo hacemos más allá de nuestra desconfianza hacia el voto como el paso culmine de la democracia formal… en realidad, lo hacemos porque aún tenemos fresca nuestra memoria en relación a los 30.000 desaparecidos del último proceso militar en Argentina. Y lo hacemos porque Honduras podría funcionar como “botón de muestra” de un proceso mayor que incluya a muchos de nuestros países hermanos (las bases militares en Colombia son otra advertencia). Lo hacemos porque no aceptamos que se nos obligue a vivir, armas de por medio, y se nos apunte a la cabeza para emitir un sufragio1.



Marcelo Fernandez Farias



* Tomado de diversas notas publicadas en www.telesurtv.net, uno de los pocos medios que ha cubierto este proceso de manera completa y de forma actualizada.


1 “Existe la militarización del proceso electoral [en Honduras] mediante la utilización de la totalidad de los efectivos militares y policiales (16,000 y 14,000, respectivamente), más 5,500 reservistas militares como ‘custodios’ electorales. A esto se le ha agregado la declaratoria de un estado de emergencia nacional ‘para todas las actividades relacionadas con el proceso de las elecciones generales’. Por supuesto, esta emergencia implica la aplicación de mucho dinero. Existe pánico general y las renuncias están a la orden del día.” Tomado de “Elecciones o erecciones estilo Honduras” de Roberto Quesada (www.telesurtv.net)






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