domingo, 20 de diciembre de 2009

Tierra, trabajo y justicia














Fotografías y texto de Argeo Ameztoy
para Prensa De Frente

Una lucha desde el campo y el nombre de una yerba: Titrayju, producida por pequeños chacareros que rechazan vender sus cosechas a bajo precio.Cuarenta y nueve familias integrantes del MAM (Movimiento Agrario Misionero) nucleadas en la cooperativa Río Paraná, apuestan al comercio justo."La llegada de Titrayju es una decisión política, es traer a la ciudad la explotación que se sufre en el campo" explica Miguel Rodríguez del Centro de Comercialización Campesina Indígena (CECOCAI). Según datos del MAM, el 20% del PBI (Producto Bruto Interno) de la provincia de Misiones es yerba mate, y el 80% se lo llevan cuatro empresas que ejercen un feroz monopolio. Una sola empresa, en este caso una multinacional, posee el 12% del total de la tierra en Misiones, lo que equivale a 390 mil hectáreas, paralelamente, Posadas concentra el 40% de la población de la provincia.Argentina representa un claro ejemplo de que el hambre no se debe a la insuficiente cantidad de alimentos sino a la imposibilidad de acceder a los mismos, la mal nutrición alcanza al 30% de la población argentina. Consecuencia de las políticas en los últimos 30 años -especialmente en los 90-esta situación se agravó y ahora el 50% de la población es pobre y no menos del 20% es "indigente", por otro lado la población rural disminuye, especialmente la que se encuentra dispersa. Entre los años 1991 y 2001, la población nacional creció un 10%, mientras la rural disminuyo un 7% y un 13% la rural dispersa. La presión sobre la tierra para expandir la forestación (silvicultura)y las grandes explotaciones comerciales, donde se sitúan las principales inversiones, explican esta paradoja, la de un país agrícola junto con la desnutrición de sus hijos y el éxodo rural .Las consecuencias sociales, económicas, medioambientales del modelo agrario hegemónico, cuestionan su sustentabilidad, y abren un nuevo paradigma en la agricultura. Productores familiares, pequeños y medianos chacareros, juegan un papel clave en la seguridad alimentaría y en la gestación de un modelo agrario diferente. El derecho a alimentarse y a producir comienzan a analizarse de forma interrelacionada. La globalización tiende a homogeneizar la producción y el consumo. En contrapartida, el cooperativismo y comercio justo, se basan en acciones que priorizan el trabajo solidario y la prestación de servicios a la maximización del beneficio capital.

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