domingo, 22 de noviembre de 2009

Por el poder del consumidor



Cuántas veces hemos escuchado salir de la boca del encargado de marketing de alguna megaempresa (con todo el respeto que se merece quienes realizan a diario esta labor) decir : “el consumidor siempre tiene la razón”. La experiencia nos permite afirmar que, mayormente, esto es una falacia. No sólo porque, muchas veces, las sugerencias, opiniones, quejas o denuncias de los consumidores caen en saco roto; sino porque otras tantas el consumidor, lisa y llanamente, no tiene razón o porque expresa su postura de manera altanera y descortés. La idea es alcanzar un equilibrio entre ambas posturas; o mejor aún, buscar otras formas de expresión que trasciendan el viejo y odiado libro de quejas.

Más allá de estas apreciaciones, en El Almacén Andante estamos convencidos que el consumidor tiene poder...Sí, así como lo leyó. Y no es una actitud obsecuente de nuestra parte. ¿Pero en qué sentido estamos hablando?

Quienes hacemos El Almacén Andante, lo definimos como una propuesta enmarcada dentro de lo que se conoce como Comercio Justo. Esta forma económica de relacionarnos, cuestiona las bases mismas del sistema tradicional de comercio. Y por ende, creemos que quienes se suman, como consumidores, de alguna manera también cuestionan a ese sistema. Es decir, usted consumidora o consumidor, al elegir a El Almacén Andante para hacer sus compras, está mostrando un interés concreto respecto a la situación o problema (social, económico, ambiental) de muchas de las organizaciones y personas que ofrecen sus productos por medio de esta propuesta. Por ejemplo, cada vez que usted elige comprar una botella de salsa producida por la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST), no sólo paga por la calidad del producto, sino que acompaña a la organización en la lucha por una reforma agraria integral.

Asimismo, se puede decir que el consumidor elige una propuesta de este tipo, porque desea, además de consumir, comunicar a quienes producen y comercializan, su postura y preferencias, mediante un ejercicio activo y conciente.

Hagamos conciencia. Cada pequeña compra que realizamos día a día, para la oficina o el hogar, tienen un impacto directo en cada actor de la cadena comercial de ese producto y dentro de todo el sistema económico. Lo importante es tomar en cuenta que dicho impacto puede ser tanto positivo como negativo; es decir, nuestras compras cotidianas están favoreciendo directa e indirectamente o al sistema actual que explota las necesidades tanto de productores como de consumidores, o a un sistema social y ecológicamente responsable que tiene como principal interés el promover una relación respetuosa y de largo plazo entre todos los actores de la sociedad moderna, pues todos somos productores y consumidores de diversas maneras.[1]

Como puede ver, usted tiene el poder; el poder de elegir un producto fruto de solidaridad; el poder de decirle no a productos elaborados bajo la explotación del trabajador o trabajadora; el poder de comunicarnos sus sugerencias personalmente (nos ve las caras mensualmente); el poder de organizarse con sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo, parientes para consumir.

Desde El Almacén Andante seguiremos alentando su participación activa, la comunicación cotidiana entre todos y todas, los encuentros...Y no son frases salidas de algún manual de marketing; son nuestros deseos y anhelos para la construcción de otro mundo.

Nos encontramos...

El Almacén Andante

[1] Párrafo extraído de Aguirre Saharrea, “Una experiencia de comercio justo en México”. Documento basado en la ponencia presentada en el coloquio "Commerce équitable, coopératives et développement durable"; 26 y 27 de septiembre, 2002; UQAM, Montreal.

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