domingo, 22 de noviembre de 2009

Cuando los campesinos hicieron del asfalto, su tierra



Por un día la ciudad se volvió campo profundo


El miércoles 30 de septiembre, los campesinos de la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST), marcharon por las calles de la ciudad de Mendoza. La ciudad descubrió que en el campo, viven personas. Personas que trabajan la tierra, pero rara vez la propia. Personas que riegan, pero no siempre el campo propio. Todo es ajeno en el campo profundo; allí donde el sol pega, donde el dinero no alcanza, donde el trabajo es duro. Allí donde el fruto del trabajo se va para otros pagos, para otros bolsillos. Un campo profundo de manos vacías.


A las diez de la mañana de aquel miércoles, desde Barcala y Mitre, unas 500 personas iniciaban un periplo que tenía como primera parada el Departamento General de Irrigación. En ese lugar se expresó la desigualdad en el acceso al agua. A pesar de que los campesinos hace años que reclaman el derecho a ese bien común, son sólo los grandes terratenientes quienes cuentan con ese “beneficio”. Las autoridades de este ente provincial argumentan que, para acceder al agua para riego, es necesario poseer el título de propiedad de la tierra. Al vivir en esas tierras por generaciones, los campesinos son los propietarios legítimos de ese espacio. Sin embargo, el marco legal actual no contempla este derecho; en cambio, sí legitima las dudosas compras de tierras de los poderosos. Para los campesinos, el acceso al agua debe ser un derecho universal.


La caminata prosiguió por calle San Martín, al ritmo de la música y de la arenga constante de algunos integrantes de la organización, mientras otros entregaban volantes e informaban a los transeúntes sobre la situación del campo profundo.


La próxima parada fue el Instituto Nacional de Vitivinicultura, seguido de la Casa de Gobierno y el Palacio de Justicia. En estos lugares se planteó la problemática de los desalojos, que varias familias campesinas vienen sufriendo a lo largo de los últimos años. Como expresó una mujer campesina: “Yo pensaba que la justicia era para todos, pero me di cuenta que siempre está del lado de los ricos”. Además, se hizo una representación (mística) donde se destacó la importancia de la organización, a la hora de la defensa de la tierra.


El recorrido siguió por las oficinas de Bodegas Argentinas y terminó frente a la Legislatura Provincial. Allí, los campesinos montaron una pequeña feria donde mostraron a la comunidad mendocina, el fruto de su trabajo. Verduras, alimentos envasados y artesanías componían los mesones apostados en la peatonal Sarmiento. Aquellas personas que circulaban por el lugar, tuvieron la posibilidad de enterarse de la problemática del campo profundo, un campo que nada sabe de soja ni mesas de enlaces, que no especula ni exporta. Este campo trabaja por la reforma agraria integral, la soberanía alimentaria y la organización popular. En otras palabras: tierra, agua, alimentos y justicia para todos; una deuda que, a casi doscientos años de la Revolución de Mayo, tenemos por saldar.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno el Blog, y muy bueno el proyecto!!!!
sigan así, recién los conozco pero seguro me voy a sumar a esta iniciativa, porque creo que eso es lo importante, ser parte!!!
adelante

Anónimo dijo...

Me gusta mucho su iniciativa al producto artesanal... los felicito por su trabajo!